El espejo humeante: disolviendo el humo que nos criminaliza

En las culturas ancestrales de América, el espejo humeante representa lo que somos. El espejo es nuestra alma, que todxs tenemos. Somos espejos. El humo, en cambio, son las creencias, juicios y etiquetas que nublan esa verdad y nos impiden la habilidad de reconocer a los otros espejos. 

Don Miguel Ruiz Jr., en Los Cinco Niveles del Apego, describe cómo pasamos del gusto por una idea (nivel 1) a la toxicidad de imponer violentamente nuestras ideas sobre otros (nivel 5). En ese punto, ya no debatimos. Atacamos. Cuanto más nos apegamos a una idea —religiosa, política, cultural— más se espesa el humo. Dejamos de ver a lxs otrxs como hermanxs y empezamos a verlos como amenazas. Así nace la discriminación, el fanatismo, las guerras, los crímenes de odio. Y se justifica la criminalización. Todo por humo. Se les olvida que somos espejos.

Cuando ese humo no solo viene de dentro, sino también de leyes, estigmas y los medios de comunicación, se vuelve aún más denso. Nos dicen que explorar nuestra conciencia es peligroso. Nos niegan el acceso a nuestras medicinas sagradas, llamándolo delito. Y con su propaganda, su humo ha tapado los espejos de toda nuestra comunidad.

Con el conocimiento de estas herramientas fundamentales, Metasapiens obra enseñando a presentar la razón ante la fuerza, para disolver ese humo. Demostramos lo válido e importante que es la libertad cognitiva. Se colabora en pintar una nueva percepción para romper ese humo, para que puedan volver a ver que somos espejos. En ese acto, recuperamos algo más grande que la posibilidad de ejercer nuestras prácticas: recuperamos el derecho a ser. Somos Metasapiens.

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